«Polígrafo-democracia»: (Peña Nieto, Nava y Paredes)

En días pasados algunos de los más importantes políticos de nuestro país se acusaron mutuamente de mentirosos y hasta“…una diputada del PAN acusó al gobernador priista Peña Nieto nada más y nada menos que de haber matado a su esposa” (El país). Imaginemos que Enrique Peña Nieto se convierte en el candidato del PRI para las elecciones presidenciales en el 2012. Sin duda la “misteriosa” muerte de su esposa  será uno de los temas que más utilizarán sus adversarios políticos para atacar la imagen del actual Gobernador del Estado de México. Sin embargo ENP podría tener ahora una oportunidad para resolver este tema a poco más de 2 años  de las elecciones, al menos para los más crédulos.

Hace algunos meses atrás hice un análisis de una entrevista de EPN en la que también tocaba el tema de la muerte de su esposa.  Apoyándome en la psicología de la mentira y comunicación no verbal concluí que no había elementos suficientes para pensar que EPN tuvo que ver directamente con la muerte de su esposa, en la entrevista el político tuvo varios indicios de engaño, pero no sobre el tema de su difunta esposa. Cabe señalar que para hacer una radiografía más precisa habría que analizar más respuestas del político mexicano sobre esta misma cuestión. Hasta un buen mentiroso tiene malos días. Entrevista a Enrique Peña Nieto.

El polígrafo es una forma de detección del engaño que se basa en la valoración de cambios fisiológicos, estos cambios muchas veces no son visibles al ojo humano y por esa razón el polígrafo es una herramienta muy poderosa más no infalible. “Anticiparemos que la introducción de la tecnología en el estudio de las relaciones humanas facilita mucho algunas cosas, pero no añade aspectos esenciales que resuelvan definitivamente la detección fiable del engaño”. El polígrafo, al igual que los métodos de comunicación verbal y no verbal, nos acercan a la verdad pero nunca deben ser tomados como una certeza. Imaginemos ahora que EPN se somete al polígrafo y sale bien librado sobre las preguntas relacionadas con la muerte de su esposa, muchos tomarían ese resultado como una verdad absoluta,  algo muy conveniente para el que quiere ser Presidente de la República. Una persona puede llegar a pasar el polígrafo sin demostrar claros indicios de engaño y existen métodos para engañar a esta máquina.

Esta propuesta de someterse al polígrafo no es más que un show que demuestra, una vez más, la falta de madurez en la política y la democracia mexicana. Y más allá del espectáculo montado por estos tres políticos ¿Cómo podríamos confiar en los resultados del polígrafo? ¿Quién certificaría los resultados? ¿Cómo se seleccionaría a la empresa y al profesional responsable? Hace algunos meses una supuesta empresa profesional en el manejo del polígrafo se presto para un programa de televisión, lo que deja en tela de juicio la credibilidad de estas empresas que por algo de dinero hacen esta prueba fuera del protocolo que se debe seguir.

“Cualquier profesional en las emociones humanas sabe que un foro lleno, con una transmisión en vivo, en televisión abierta, con los demás participantes presentes y en el contexto de un concurso con premios de gran valor, no es el lugar idóneo para hacer esta prueba, la persona que fue presentada como una profesional en este tipo de interrogatorios al menos debió explicar lo anterior. Es un hecho que una persona inocente puede estar muy asustada por el simple hecho de que se sospeche de ella y eso ocasiona dar falsos positivos en la prueba”. (El engaño del polígrafo: “Me quiero enamorar”.)

¿Que sigue? ¿Un polígrafo instalado en San Lázaro? o ¿Los mexicanos tendremos que elegir como gobernantes a los que parezcan más sinceros (que bien podrían ser buenos mentirosos) ante la máquina de la verdad?

“Ante su creciente falta de credibilidad, tres de los más importantes políticos mexicanos han aceptado someterse a la prueba del polígrafo. Los máximos dirigentes de los dos principales partidos, César Nava, presidente del PAN, y Beatriz Paredes, presidenta del PRI, así como el también priista gobernador del Estado de México, Enrique Peña Nieto, aceptaron que su versión sobre un pacto secreto sea revisada por la máquina de la verdad. Tal es su incapacidad para hacerse creer, tal su aceptación de que -por culpa del desprestigio de la política- siete de cada diez mexicanos creen ya que la democracia es un fraude. O como sostenía hace unos días el escritor Héctor Aguilar Camín: «La democracia mexicana no funciona y a fuerza de no funcionar acabará creando en la ciudadanía la convicción de que tampoco es una democracia (El país).

Señores pónganse a legislar sobre los temas que son urgentes para nuestro país y dejen de  engañar a la población con sus teatritos. “El caso es que, sólo un día después, los protagonistas de la batalla campal regresaron a la Cámara de Diputados y, entre besos y abrazos, se demostraron público arrepentimiento e hicieron votos por no volver a pactar en lo oscurito ni a mentarse a los ausentes. A la espera de la prueba del polígrafo, los mexicanos estarán preguntándose si deben creerse los insultos del miércoles o los abrazos del jueves. O, directamente, nada” (El Pais).

José Manuel Guevara S.

Un polígrafo para políticos mexicanos http://www.elpais.com/articulo/internacional/poligrafo/politicos/mexicanos/elpepuint/20100312elpepuint_13/Tes

Deja un comentario