Marina y Ulay: ¿la mirada del amor 23 años después?

Juguemos a interpretar el lenguaje corporal:

La semana pasada me encontré con esta historia que inmediatamente se apoderó de mi curiosidad y que ha estado rondando por las redes sociales:

«Esta es una verdadera historia de amor entre una serbia (Marina Abramovic) y un alemán (Ulay). Una pareja de artistas que se conocieron allá por el 76´ en Ámsterdam. Fue un amor a primera vista y juntos se potenciaron creativamente dedicándose en cuerpo y alma a hacer performances poniendo el foco en la conceptualización de lo humano. Luego de vivir varios años juntos vieron que la relación llegaba a su fin y de común acuerdo hicieron la última performance titulada “Los  amantes”. La idea era que Marina y Ulay empezaban a caminar por separado los dos extremos de la Gran Muralla China para luego encontrarse, abrazarse y despedirse para siempre. Una idea, tenemos que reconocer realmente INCREIBLE para terminar con una relación. Luego se separaron por 23 años, hasta que un día Marina realiza en el Moma su performance “El artista está presente” que básicamente consiste en mirar durante 1 minuto y en silencio a todos los que se sentaban frente a ella…hasta que de pronto el que se sienta es el mismo Ulay. Sí, 23 años después, sin saberlo, el gran amor de su vida la mira fijamente durante 60 segundos. ¿El resultado? Mírenlo con vuestros propios ojos…» (http://www.therestauranton.com/blog/2013/09/marina-abramovic-ulay-moma/)

Muy atractiva, ¿no lo cree?

En mi caso, como un apasionado estudiante de las emociones y de la comunicación no verbal, simplemente no pude no darle play, y a continuación les comparto algunas observaciones que me vinieron a la mente luego de ver el video. Pero antes, los invito a verlo y sacar sus propias conclusiones:

¿Qué les pareció?, ¿Qué observaron?

A mí, lo primero que me llamó la atención es como en el minuto 00:17 podemos observar a la artista abrir los ojos por primera vez para encontrar la mirada de una mujer. Al hacerlo, apreciamos un rostro bastante neutral (sin ninguna emoción significativa) y un par de segundos después, una ligera sonrisa que bien pudo haber sido provocada por la señora que está al frente; si ella también sonrió probablemente  activó las neuronas espejo de Marina Abramovic. 

Neutro

Entonces el audiovisual sigue y las personas continúan pasando para participar en este acto; prácticamente observamos sólo rostros neutrales, por ahí vemos un ceño fruncido y una sonrisa nerviosa, aunque también un tanto desdeñosa (unilateral), pero nada más. Por su parte, la artista casi ni se inmuta ante la mirada de los visitantes del museo. 

Pero llega el momento clave; Ulay se encamina para sentarse frente a su «antiguo» amor y cuando lo hace acomoda con las manos (en lo que parece un manipulador) su abrigo.

Manipuladores

Inmediatamente después, el también artista nos regala la que parece una expresión de temor al tomar asiento; emoción que parece confirmarse cuando él estira ambas piernas antes de asumir una posición definitiva. En este punto es importante mencionar que una de las reacciones evolutivas del miedo es que el flujo sanguíneo se redirige a los músculos esqueléticos grandes; como son las piernas.  

Miedo

piernas

El alemán manipula su cuerpo dos o tres veces más antes afrontar la mirada de Marina y un instante más tarde, ella comienza a levantar su rostro y abrir los ojos.

Antes de continuar, hago una pausa para preguntarles, ¿qué reacciones no verbales deberíamos esperar por parte de ella?, ¿qué expresiones serían congruentes con la historia de estos dos amantes en un momento así?

Lo anterior es relevante porque una de máximas para interpretar adecuadamente el lenguaje corporal es precisamente preguntarse cuál sería el comportamiento normal de una persona ante X o Y situación. Si la respuesta no parece ser las más esperada, algo no anda bien, quizá hablemos de un engaño y por eso sería prudente escarbar más sobre la historia.

Regresemos a la historia de Marina y Ulay: si usted respondió que las expresiones faciales que debieron haber aparecido en la serbia eran sorpresa, primero, e inmediatamente felicidad, está en lo correcto y así fue (los invito a observar nuevamente el video ya que en este se aprecian mucho mejor los gestos de la artista).

*Pasa el mouse sobre la imagen para leer las características de estas expresiones faciales.

Como sugiere la narración que retomé al inicio de este post, lo que sucede después parece no requerir de ningún análisis; es más que evidente. Sin embargo, si nos detenemos un poco y si consideramos la máxima que mencioné líneas arriba, quizá estén de acuerdo conmigo en que hay algo en la sorpresa de ella que no encaja del todo. Y es que las emociones tienen diferentes intensidades y la mostrada por Marina no me parece la de una persona que ve a alguien que ama o amó 23 años después.

¿Un engaño?, ¿Un montaje?

Probablemente no, y es que si una escarba un poco más en la historia (otro elemento fundamental para interpretar correctamente la comunicación no verbal), descubrirá no sólo que, tal parece que estos amantes se vieron apenas una días antes del acto de Abramovic, sino que el suceso se remonta al 2010 (¿por qué retomó fuerza en las redes sociales?, no los sé).

Ulay y Marina se reconcilian como amigos en los días previos a la gran performance de la artista en el MoMA, a la que asistieron 850.000 personas a lo largo de tres meses” (El País: http://blogs.elpais.com/sin-titulo/2013/02/marina-ulay-arte-performance.html).

En conclusión, lo que probablemente ella sí desconocía era el momento, o hasta que su antiguo compañero asistiría a “El artista está presente”, pero vaya que la emotividad del vídeo terminó por engañar a más de uno (incluidos algunos blogs y hasta medios de comunicación que no hicieron bien su chamba de investigar o que prefirieron aprovechar el mediático título para llevar tráfico a sus portales).

José Manuel Guevara S.

Twitter: jmguevaras

Una respuesta a “Marina y Ulay: ¿la mirada del amor 23 años después?

  1. Reblogueó esto en Fannyjemwong's Blogy comentado:
    Marina y Ulay: ¿la mirada del amor 23 años después?

    Juguemos a interpretar el lenguaje corporal:

    La semana pasada me encontré con esta historia que inmediatamente se apoderó de mi curiosidad y que ha estado rondando por las redes sociales:

    “Esta es una verdadera historia de amor entre una serbia (Marina Abramovic) y un alemán (Ulay). Una pareja de artistas que se conocieron allá por el 76´ en Ámsterdam. Fue un amor a primera vista y juntos se potenciaron creativamente dedicándose en cuerpo y alma a hacer performances poniendo el foco en la conceptualización de lo humano. Luego de vivir varios años juntos vieron que la relación llegaba a su fin y de común acuerdo hicieron la última performance titulada “Los amantes”. La idea era que Marina y Ulay empezaban a caminar por separado los dos extremos de la Gran Muralla China para luego encontrarse, abrazarse y despedirse para siempre. Una idea, tenemos que reconocer realmente INCREIBLE para terminar con una relación. Luego se separaron por 23 años, hasta que un día Marina realiza en el Moma su performance “El artista está presente” que básicamente consiste en mirar durante 1 minuto y en silencio a todos los que se sentaban frente a ella…hasta que de pronto el que se sienta es el mismo Ulay. Sí, 23 años después, sin saberlo, el gran amor de su vida la mira fijamente durante 60 segundos. ¿El resultado? Mírenlo con vuestros propios ojos…” (http://www.therestauranton.com/blog/2013/09/marina-abramovic-ulay-moma/)

    Muy atractiva, ¿no lo cree?

    En mi caso, como un apasionado estudiante de las emociones y de la comunicación no verbal, simplemente no pude no darle play, y a continuación les comparto algunas observaciones que me vinieron a la mente luego de ver el video. Pero antes, los invito a verlo y sacar sus propias conclusiones:

    ¿Qué les pareció?, ¿Qué observaron?

    A mí, lo primero que me llamó la atención es como en el minuto 00:17 podemos observar a la artista abrir los ojos por primera vez para encontrar la mirada de una mujer. Al hacerlo, apreciamos un rostro bastante neutral (sin ninguna emoción significativa) y un par de segundos después, una ligera sonrisa que bien pudo haber sido provocada por la señora que está al frente; si ella también sonrió probablemente activó las neuronas espejo de Marina Abramovic.

    Neutro

    Entonces el audiovisual sigue y las personas continúan pasando para participar en este acto; prácticamente observamos sólo rostros neutrales, por ahí vemos un ceño fruncido y una sonrisa nerviosa, aunque también un tanto desdeñosa (unilateral), pero nada más. Por su parte, la artista casi ni se inmuta ante la mirada de los visitantes del museo.

    Pero llega el momento clave; Ulay se encamina para sentarse frente a su “antiguo” amor y cuando lo hace acomoda con las manos (en lo que parece un manipulador) su abrigo.

    Manipuladores

    Inmediatamente después, el también artista nos regala la que parece una expresión de temor al tomar asiento; emoción que parece confirmarse cuando él estira ambas piernas antes de asumir una posición definitiva. En este punto es importante mencionar que una de las reacciones evolutivas del miedo es que el flujo sanguíneo se redirige a los músculos esqueléticos grandes; como son las piernas.

    Miedo

    piernas

    El alemán manipula su cuerpo dos o tres veces más antes afrontar la mirada de Marina y un instante más tarde, ella comienza a levantar su rostro y abrir los ojos.

    Antes de continuar, hago una pausa para preguntarles, ¿qué reacciones no verbales deberíamos esperar por parte de ella?, ¿qué expresiones serían congruentes con la historia de estos dos amantes en un momento así?

    Lo anterior es relevante porque una de máximas para interpretar adecuadamente el lenguaje corporal es precisamente preguntarse cuál sería el comportamiento normal de una persona ante X o Y situación. Si la respuesta no parece ser las más esperada, algo no anda bien, quizá hablemos de un engaño y por eso sería prudente escarbar más sobre la historia.

    Regresemos a la historia de Marina y Ulay: si usted respondió que las expresiones faciales que debieron haber aparecido en la serbia eran sorpresa, primero, e inmediatamente felicidad, está en lo correcto y así fue (los invito a observar nuevamente el video ya que en este se aprecian mucho mejor los gestos de la artista).

    *Pasa el mouse sobre la imagen para leer las características de estas expresiones faciales.

    Como sugiere la narración que retomé al inicio de este post, lo que sucede después parece no requerir de ningún análisis; es más que evidente. Sin embargo, si nos detenemos un poco y si consideramos la máxima que mencioné líneas arriba, quizá estén de acuerdo conmigo en que hay algo en la sorpresa de ella que no encaja del todo. Y es que las emociones tienen diferentes intensidades y la mostrada por Marina no me parece la de una persona que ve a alguien que ama o amó 23 años después.

    ¿Un engaño?, ¿Un montaje?

    Probablemente no, y es que si una escarba un poco más en la historia (otro elemento fundamental para interpretar correctamente la comunicación no verbal), descubrirá no sólo que, tal parece que estos amantes se vieron apenas una días antes del acto de Abramovic, sino que el suceso se remonta al 2010 (¿por qué retomó fuerza en las redes sociales?, no los sé).

    “Ulay y Marina se reconcilian como amigos en los días previos a la gran performance de la artista en el MoMA, a la que asistieron 850.000 personas a lo largo de tres meses” (El País: http://blogs.elpais.com/sin-titulo/2013/02/marina-ulay-arte-performance.html).

    En conclusión, lo que probablemente ella sí desconocía era el momento, o hasta que su antiguo compañero asistiría a “El artista está presente”, pero vaya que la emotividad del vídeo terminó por engañar a más de uno (incluidos algunos blogs y hasta medios de comunicación que no hicieron bien su chamba de investigar o que prefirieron aprovechar el mediático título para llevar tráfico a sus portales).

    José Manuel Guevara S.

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